lunes, 24 de mayo de 2010

De verdad:



No hay nada peor que una furia cero-inspiradora. La bronca que consume sin crear siquiera un hilo de vagas sensaciones para plasmar en papel, o al menos en la cabeza durante el tiempo que dure la memoria a corto plazo. Es como si el tiempo pasara todo igual. Los segundos son exacta y tristemente iguales a cada minuto, hora, medio tiempo y tiempo completo, que de completo, la verdad, no tiene NADA. El aburrimiento en mayúscula. El desorden avasallante. El malhumor constante, continuo, sucesivo y consecuente. Las insistentes ganas de gritar, o estallar en un llanto que inunde las calles por donde camino ensimismada, escuchando música a todo volumen para que A NADIE se le ocurra dirijirme la palabra y evitar asi el mordisco que obligue a la víctima del victimario a correr al hospital más cercano a darse la antirrábica más poderosa que exista.
Y no hay calmante mental, ni en abrazo ni en pastilla, no hay té de tilo, ni de melisa, ni de valeriana. Soy un manojo de mis no-ideas, un derroche de mis no-ganas y una pausa a la sonrisa, que se transforma constantemente en la pelota que obstruye mi garganta, en la rabia que me frunce el ceño, y en la casi dramática desolación, que no me deja dormir, ni estudiar, ni aliviarme.
Me gustaría al menos poder transmitir de verdad lo que siento, éste repetitivo despertar nocturno, los desmayos voluntarios que evito de día, la estricta y encaprichada forma que adopto de decidir que todo me moleste, para terminar en el ahogo de un grito, que siempre, SIEMPRE, me da escalofríos convulsos.
Soy un águila hambrienta y enojada, las pupilas la dilatación exacta del enojo, el increíble hulk en forma de torta de labios rojos, un termómetro que llega a 50 para estallar en fibra de vidrio y auto-astillarme, sin querer, los ojos que arden y gritan: ¡SILENCIO! ¡BASTA! ¡STOP! ¡PAUSA! ¡REWIND! ¡FASTFOWARD! ¡ALGO, CUALQUIER COSA, LO QUE SEA QUE ME SAQUE DE ESTE ESTADO CATATÓNICO Y DESCOMUNAL!.
Elijo mil millones de veces, imploro arrodillada en las semillas más dolorosas, ruego ofreciendo todo lo poco que tengo, cruzo los dedos de la población del mundo entero e invierto hasta el último de mis deseos...por un fin a este mal de otoño, que me vuelve otra persona, me extirpa de mi cuerpo y me ensucia los colores, que rodeados de una luz-cuarzo solían abrigarme y protegerme...de mi.

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